23 de marzo de 2011

Seamos agentes de cambio

Leí una entrevista que le hicieron a Sergio Sinay, autor de "La sociedad de los hijos huérfanos". En su libro, Sergio plantea dos hipótesis sobre el por qué tenemos actualmente problemas entre los niños y adolescentes como: violencia, enfermedades, trastornos, suicidios, etc. Estas dos hipótesis son las siguientes: 1. No basta con tener un hijo para ser padre o madre y 2. Se puede ser un huérfano aunque tengamos padres.

Estos planteamientos son muy interesantes. En primer lugar porque es cierto que para ser padres no hay que tener solamente hijos. Nos convertimos en padres al momento en que decidimos invertir y ayudar a otros en el proceso de la vida; cuando con pasión y amor nos preocupamos por la persona que está a nuestro lado. Pero, ¿qué pasa cuando no nos importa el que está a nuestro alrededor? Éste se convierte en huérfano.

La segunda hipótesis plantea que aun habiendo padres biológicos, podemos sentir que están ausentes. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Cuáles son nuestras prioridades?

En esta columna te quiero animar, a ti PADRE o MADRE, a que valores el rol tan especial que Dios te ha dado ante la vida de tu hijo. Es un privilegio, un don de Dios, poder regar la vida de tu hijo como una flor que pronto florecerá. No tengas por menos el precio a pagar para realizar esta ardua tarea. Muchas veces le damos más valor a lo económico o a nuestro desarrollo personal cuando lo que realmente necesitan los hijos es amor, cuidado, cariño y aun más, limites, dirección y seguridad. Evalúa cómo estás educando a tus hijos, a través de ellos impactas generaciones, esa es tu aportación para que ésta sociedad pueda cambiar. Tu vida y cómo llevas la misma, es la que le va a indicar a ellos cómo deben caminar; nuestras acciones los influencian para toda la vida. Cambiando tu manera de pensar en cuanto a tu rol, nos regala la esperanza de que todo puede y debe cambiar.

Si no tienes hijos, puedes convertirte en padre ayudando a aquellos que los tienen ausentes, aunque estén presentes. Dales la oportunidad de ser parte de este cambio social y marcar una diferencia. Mira a tu alrededor y busca aquellos que necesiten de tu oración, de tu consejo, de tu amor y de tu contención. Con Dios adelante, un buen corazón y acciones, transformamos e influenciamos la sociedad.

Por: Sheila López

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